Las ramas con sus brotes
anuncian primavera.
De cánticos jocosos
Se inunda la alameda.
¡Dejadme que contemple
la sabia de la tierra!
Los campos se han dorado.
Las golondrinas llegan.
Oscuros nubarrones
pronostican tormenta.
¡Dejadme que respire
la salud de la tierra!
La escarcha cubre el suelo
como una fina tela,
y los árboles pierden
sus vestidos de fiesta.
¡Dejadme, que mis ojos
tienen sed de belleza!
La nieve lentamente,
como sin darse cuenta,
al arroyo le pone
una bufanda nueva.
¡Es todo tan hermoso!
¡Dejadme que me duerma!