Ungido por el pasado del recuerdo,
viene a mi mente,
todo lo transcurrido,
sueños y anhelos
contigo vividos.
Creo todavía hoy
tenerte entre mis brazos,
acunarte como si fueras
una niña,
cuando en realidad eras
mi amada,
mi querida y hermosa amada.
¡A ti te hablo!
¡Tantas veces te he
llevado en el bolsillo!
Que tantas veces te llevo
en el portafolio.
Lapicera mía que trazas
líneas,
para hacer letras de
poesías.
Hoy, entre papiros de cristal,
con tinta carmesí sello
las huellas de un amor
del pasado
que quedaron latiendo
en mi corazón.
Sufrí sesgarra mi alma
contigo, compañera.
¿Puedo trazar, escribir
estos versos,
elevarlos al aire,
llevándolos a rebole
a lo más profundo de tu ser?
¿Será que alguna vez
volveré a creer
en ese amor puro,
ese amor noble?
¿Quién sabe quién puede ser?
Tal vez...
Pero hoy mi imaginación
queda plasmada
nada más que en un papel.
Busco ser quien soy.
La oscuridad no me deja ver,
o quizás no quiera ver.
Autor: Eduardo Rolon