Labra...
Labra con tu reducido cuerpo
el inmenso tiempo que te trata de reconocer.
Labra con tu boca algo excitada
lo que más quisieras del crepúsculo final.
No demores la tormenta
ni la esfera
ni ese manotazo más letal
y labra con todas tus fuerzas
el invernadero
para tu retoño en la red.