Tras sufrir una derrota
le doy cuentas al feudal,
castigo a sus pies exijo
por no venir mal herido.
Si le di mis mejores manjares.
si a mi esposa desfloró
si mis hijos le sirven día a día,
es lo que me merezco yo.
Lo mejor de la cosecha
va a su cocina y mesa
se asa en su barbacoa
lo mejor del corral
y aún pago tributos
para sus guerras sufragar.
Por no ser valiente
por no saber defender
por no oponerme a sus deseos
sigo en su yugo llorando
aunque me arranque la piel.