Es bonito amar...la calma neurálgica...
Me obstino para ya ser sustancia,
verso vivo, ráfaga de luz hacia
el sombrío mar lanzada... Qué fumada
me propino, hasta jamás cansarme de su magia!
Es lo mismo la nada que un alma desnudada...
Tengo frío (he escondido la máscara: me truncaba...);
pero sigo la trama a falta de repugnancia! Jesús, gracias!
El prodigio campa en este agreste lugar,
en concilio con las lámparas para deslumbrar
el hermosísimo cantar de un pájaro más
entre los hilos... Las parcas recularán
de oirlo...antes de darle su última puntada...
El olvido abraza las palabras...estrujándolas!