OscarCampos

Una llama atada

 

El viento su único amigo

su casa cuelga entre la tierra y el cielo

en sus ojos la luna despierta

como un rio silencioso

que mueve las piedras de su espíritu.

 

Es un hombre libre

no necesita raíces

solo le atan los sueños

así flota entre estrellas

en un mundo nutrido

por los algoritmos del poder

es visto como una anomalía

una resistencia silenciosa.

 

Sus pies flotan

no camina sobre la tierra

la dictadura olvida

los pies de los hombres

libres

que buscan en sí mismos

los sueños y la esperanza.

 

En los pedazos de tierra

con sus pies desnudos

busca la verdad entre las grietas

de la realidad.

 

En la llama de una vela

busca una estrella

una uva de luz en la oscuridad

así los sueños de un hombre libre

no perecen

solo mueren cuando

deja de soñar

o sus pies toquen la tierra

húmeda por la sangre.

 

El vendaval le llevo todo

el polvo como humo de pólvora

que enceguece su mirada

así el poder oprime el espíritu

y el cuerpo del hombre sin sombra

ha perdido todo

pero como un árbol infinito

 se tiene a sí mismo.

 

La tiranía es la estación

del dolor

fragmenta los huesos del alma

arranca la tierra de los pies

pero su tiempo termina

hay hombres

que sus pies parecen flotar

 en un pequeño haz de luz

que se desliza en la prisión

 toca su libertad

¿Qué verdad tocan las manos

de una dictadura?

 

El alma del hombre

tiene cicatrices invisibles

son más dolorosas

que una herida sangrando

pero el alma aprende a buscar

una estrella en la llama de una vela.

 

La tiranía quita las huellas al hombre

los hombres le quitan el tiempo

cuando en la llama de una vela

buscan las estrellas…

Hay hombres que cuando caminan

parecen flotar…

 

...(Dedicado a Ariel Reyes)