A Sara A., con amor y devoción
En el cielo abierto de tus ojos
una nube quería hacerse lágrima
para reptar por tu mejilla
como un animal de sangre fría;
pero yo se lo impedí.
Primero la confité,
y luego me la comí.
Y ahora tengo un sabor dulce en la boca,
como cuando nos besamos.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.