En el horizonte tu figura brilla,
Como un susurro que el viento acaricia.
Un eco de risas en mi memoria,
Un reflejo de amor, una historia.
Quiero verte, aunque no pueda tocarte,
Como el sol que saluda el mar al amanecer.
Sin dolor, sin tristezas que me embriaguen,
Solo el dulce anhelo de volver a creer.
Desde lejos te observo en silencio,
Tus pasos, tu luz, todo lo que siento.
Eres un sueño que nunca se apaga,
Un faro lejano que a mi alma embriaga.
Que el viento no borre lo que fuimos,
Ni el adiós apague el brillo divino.
En cada sombra, en cada rincón,
Te guardo en mi pecho, eterna canción.