En la cocina hoy se libra una batalla,
Neruda, Lorca, Dickinson y Paz,
cada cual con su receta ensaya,
buscando el premio que la gloria da.
Neruda con su “Cazuela de amor”,
declama al tomate con voz apasionada:
—¡Oh, pulpa roja que incendia el calor,
eres verso fijo en mi sopa enraizada!
Lorca freía su “Tortilla lunar”,
cantando a las papas en flamenco ardiente:
—¡Patata dorada, mi musa inmortal,
florece en aceite, brillando esplendente!
Dickinson, tranquila, hace su pastel:
—La vida es azúcar y muerte es harina,
cada bocado es como un clavel
que estalla y desaparece en la cocina.
Paz, con paciencia, cocina un mole:
—El caos y el orden, aquí en la olla,
chocolate y chile, dualidad que inmole,
este plato que en el tiempo se desarrolla.
La competencia arde, el tiempo se agota,
entre versos, sartenes y cucharones,
y el jurado prueba cada gota
con lágrimas, risas y emociones.
El fallo es difícil, mas al final dicen:
—El arte en la cocina es un don sin igual,
el premio se entrega a todos los que hicieron
de la poesía un festín culinario universal—
Los poetas brindan con vino y sazón,
y en risas celebran su enredo brillante,
pues han comprendido que en cada rincón
la poesía y el sabor van por delante!
Emocionado por el fin de semana del chef donde todos los caminos conducen a Las Vegas, para celebrar el amor por el arte de cocinar de profesionales, estudiantes, ayudantes de cocina e invitados especiales. Felicidades a los amantes de la cocina y a los poetas que hacen del mismo un poema en cada plato en sus hogares y familias.