Solo soy un hombre sin esperanza ni destino
un caos de soledades con las que he tropezado,
un guerrero por no dar el ayer al olvido
que por guerrero reconoce que también ha llorado.
Un hombre que el paso del tiempo ha convertido
en un ser que mi propia sombra ha despreciado,
el que se empoderó estando tan deprimido
y resurgió como un fénix debajo del mismo barro.
Un alma con un sentimiento que supo ser distinto
con una nostalgia alejada del mismo pasado,
con mis miedos y mis pecados más prohibidos
sintiéndome más fiel con mi condición de humano.
Solo soy un espíritu, quizá demasiado combativo
que jamás dejó sus huellas como un legado,
apenas un hombre que aún se siente vivo
porque la muerte hasta hoy no me ha buscado...