polonius

Más resurgir que vivir

No continúes mi obra, cruel destino;

es hora de cambiar las tornas del torno

que marca el camino andado por mortecino

maldito. Los pronombres y adjetivos de trono

difuso manifiestan un confuso futuro por averiguar.

Es momento ya de soltar los lobos y raptar

cántaro lechoso de un cuidado hermoso para dictar

hermosas frases en latín que deplore los mártires pares

que confunden ciudades dadas en adopción a Hades.

 

Si supiera saber si es mi momento daría

fin al creciente provecho de un sátiro barniz

que lustra mis cuidadas balas para no aliviar

el socorrido sujeto que se oculta tras mi nariz.

Sé que puede sonar todo a chino, de hecho ni

yo mismo le veo significado propio a todo esto,

pero es bien cierto que mi mente dicta para si

sola retahíla de frases extrañas en significado. Reto

a cualquiera: Si se ve capaz de solucionarme, le daré mi respeto.

 

Tras mi manifiesto, sigo con mi locura hecha porte

en pos de un reporte no gráfico pero si estilográfico,

pues aunque no he dado fe de ser más bien torpe

en escusas y ágil en meteduras de pata, es lógico

pensar poder hallar mutismo claro en paradigmas

insensatos que no vienen al caso, pero dan por saco

a cuantos quieren indagar en mi demencia. Son enigmas

toda la atención que procuran mis neuronas. Soy parco

en dar explicaciones y carezco de nociones de estigmas.

 

Aunque ante todo lo referido parezco un insensato,

tenéis razón, soy conocido por mi altanería y mi bellaquería,

pero es más bien pensar que soy lo contrario a sensato

por carecer de humildad a la hora de bendecir la porquería

que nos rodea por todas partes e inunda de buena gana

mi vida. Soy taciturno, gris, melancólico y raro,

pero os apuesto un centavo diciendo que es de pura lana

unos sentimientos escondidos que no florecen por ser pecado

en mí más resurgir que levantarme por las mañanas y vivir.

 

Polonius