Mauricio Terragno Artemidoro

Ojo de Pez

Feliz el pez nada en su pecera

Viendo la vida en forma de esfera

Crece y come,  viviendo alienado

Aunque no ha podido detener su nado

 

Cómo quisiera el pez

Empachado en su liquidez,

Con su ancho medio y todas sus virtudes

Conocer la corriente de otras latitudes

 

Elevarse de su pesada fuente

Encontrar el espíritu que añora su mente

Posarse al fin en la bóveda del cielo

Destapar los rumores que cubren su velo

 

Y nadar en las aguas situadas más allá de él

Donde libra la batalla de los días San Miguel

Comer allí el Maná vivo del conocimiento

Que vaga libre como el pensamiento

                                                              

Bañarse en las aguas limpias de toda ciencia

Que nacen y se renuevan en rica efervescencia

Con sabor siempre almibarado

En  sagrada eternidad

Mauricio Terragno Artemidoro

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