Estás en la palabra,
en el beso que suspiro
y en la piedra mojada de la playa.
Estás en el grito,
en las gaviotas en vuelo
y estás rendido de luz al alba.
Estás en el silencio,
en las noches perdido
y en los jardines en llamas.
Estás en la esquina abandonada,
en el bosque enverdecido,
y también debajo de mi almohada.
Estás en cada cosa que tocas
en mi mirada, en mi pupila cerrada
y estás muy dentro de mi alma.