Yo que te amo, para empezar a amarte,
para recomenzar lo que no hicimos,
para dejar de andar en los caminos,
ahora cuando debo comenzarte.
En cada amanecer, que me despiertas,
abro mis ojos para siempre verte,
contemplando las ansias de tenerte
en mis brazos, el sonido que aprietas.
En tus labios presiento algún olvido
pero en tus ojos encuentro mi vida,
como en tu pecho, el sollozo perdido.
podrán sangrarte, la profunda herida,
mas no podrán detener el latido,
inquietante furor que, en mi alma, anida.