Ahora entiendo que no sabes escribir
Al leer esas palabras, mansas, llanas y vacías
Que no saben amarrar esas ansias que me habitan
Solo preguntan, luego se responden
Ecos de la culpa, vagan y se anidan.
Ahora asumo que no eres mi esperanza
Te dejas llevar por un candil etéreo
Vas cargando las letras de días tan distantes
De tontas promesas de los sueños en el fuego
Tan distinto a lo que el tiempo ha prometido dejarte.
Es momento de volver a abandonar este camino
De nuevo en el mismo punto que al inicio
Un bucle infinito que se resiste al hastío
Trazando los senderos sobre la arena en tu puerto
Dispuesta a dejar este aciago destino.
Ahora que duda y confusión se vislumbran
Es preciso acudir a mis versos marchitos
Aquellos que en el sopor, he injuriado y maldecido
Por dejar que llegaras hasta esta tierra de olvido
Como llega el ave, que vuela sin rumbo fijo.