Jorge Izquierdo

LA CRISÁLIDA

 

LA CRISÁLIDA 

 

Ella era el alma noble, 

empatía, altruismo, sinceridad.

En un mundo traicionero

exponía sus costuras,

nada malo que ocultar;

pero ignorancia y envidia

no la dejaban en paz,

con inquina le inculcaron

su inventada realidad:

o forjaba su mentira,

o jamás encajaría

en la enferma sociedad.

Pero no cayó en la trampa

y mantuvo sus principios,

quiso ser fiel a su esencia,

y aceptó la consecuencia…

Asumió su soledad.

 

Hasta que de pronto un día 

él se cruzó en su vida.

¡Tan seguro parecía!

-Imponente chico fuerte,

por fin sería ella misma

sin que nadie la cuestione-

Él,  la vio tan pequeñita

que se le antojó perfecta

para darle rienda suelta

a su extrema vanidad.

A su lado se crecía,

encontró su complemento,

todo cobraba sentido,

la podía controlar,

y así erigirse en su dueño,

y así poder ocultar, 

                  ante los demás,

lo frágil que era por dentro.

Él...  arrojo en apariencia,

y ella arrojada a sus brazos,

cada día era más cierta,

cada vez era mejor.

 

Pero pasó lo peor:

Muy pronto se dio cuenta

de que no había protección

debajo del ala cruenta

de un hambriento gorrión. 

Gusano insignificante,

descubrió en su desengaño 

que aquél que debía cuidarla

no era más que un impostor

que la tenía anulada, reducida

a la mínima expresión. 

Temprano cambiaron las tornas,

el guardián se hizo verdugo

y allí donde había futuro

surgió la desolación.

 

Apocado invertebrado

acabó haciendo refugio 

en hermética crisálida.

Se alejó de los demás,

renegó hasta de su ser

que le hacía tanto mal.

Y después de tanto invierno

se templó la primavera

y decidió florecer.

Como una flor animada

brotó desde su parapeto.

Le habían crecido las alas,

todo aquello que guardaba

y que nadie comprendía

no era más que la semilla,

la grandeza contenida,

de un alma seleccionada.

 

Y terminó alzando el vuelo,

y cuanto más alto volaba

más pequeño se veía,

abandonado en su nido,

aquel gigante de lata,

aquel monstruo de hielo

que por muy poco la mata…

 

        LUJITAR (21-7-23)