Yeshuapoemario

Estamos hartos de las burlas de los que confían en sí mismos (Sal. 123:4).

 

 

En el sendero de la vida, a veces nublado por la duda,

se alzan voces que desprecian, que en el corazón se anudan.

Mas la sabiduría, antigua y siempre nueva,

nos enseña a discernir, a elegir la senda buena.

 

No es en el eco de la burla donde hallamos la verdad,

sino en el silencio sabio que rechaza la maldad.

La fe, faro que nos guía, no se apaga con el viento,

ni se rinde ante el escarnio, ni el más cruel de los tormentos.

 

Frente a aquellos que se mofan, que su orgullo los delata,

nuestra alma busca refugio en la paz que no se mata.

Y en las páginas sagradas, un consejo resplandece:

\"Camina con los humildes, y tu espíritu enriquece\".

 

Los apóstatas murmuran, más su voz no ha de escucharse,

pues en el ruido del mundo, lo eterno puede hallarse.

Es en la calma y la oración donde Jehová se hace presente,

en el amor, en la bondad, en un corazón creyente.

 

Así que cuando la duda como sombra nos aceche,

recordemos que la fe es el puente que nos estreche.

Con la mirada en lo alto, y el corazón sin dobleces,

vivamos conforme a la luz, y no a las sombras que parecen.

 

Que no nos tiemble la voz al defender lo correcto,

ni nos falte la valentía para mantener el precepto.

Que la crítica no nos corte las alas para volar,

ni nos robe la esperanza de un mundo mejor hallar.

 

Porque al final del camino, cuando todo esté dicho y hecho,

será la bondad y la fe lo que pese en el pecho.

Y en el balance divino, donde todo se mide y pesa,

será el amor y la verdad lo que brille con firmeza.