Antonia Ceada Acevedo

Si,sola.

Cuantos destierros por soñar 

cuando lo hacía por otros. 

No se debe culpar, ni tachar 

por lo que nos concierne hacer, 

siempre, existen percepciones 

distintas de un mismo hecho. 

Te premio hasta por los días aciagos, 

que recorrí en las profundidades del delirio. 

Te alabo porque me hiciste llorar. 

Valoro los silencios intermitentes 

a los que, sin saber, me sometías. 

¿cómo detener lo que el corazón 

suplica a gritos desgarradamente? 

He corrido muchas veces 

de aquella  graciosa oscuridad, 

porque cuando todo es difícil 

hay que volverse árbol, fuerte. 

Y es que la vida que no requiere  

esfuerzo, no merece la pena. 

Ya ves, el pasado, nunca se pierde, 

se lleva escondido en alguna parte. 

Lástima que el cerebro humano 

guarde la información de cada día, 

Todo está ahí esperando salir. 

Lo que vivimos, aunque no lo recordemos 

Nos va a afectar siempre. 

Solos, solos no somos nada 

pero duele vivir para algunos 

Y muchas veces, para otros. 

Todo es una utopia,aunque no lo es, 

Y que te quieran mal, lastima. 

Todos creen en su verdad subjetiva 

Y no en sus mentiras objetivas, 

como la infelicidad consentida. 

Y con el vacío en el pecho 

cargas con el ánimo vacío... 

Los impacientes que esperan 

Y la paciencia sin esperas. 

Ahí están los esqueletos abandonados 

por los esqueletos estresados. 

Cuando se mira de frente a la muerte 

ya no duele ver de frente a los muertos. 

Y cuando el amor es puro y sano 

lo convierte en desamor sucio. 

En fin, será que traigo el alma quemada. 

Por eso sí. 

Si, sola quiero vivir 

Y sola  me he de morir. 

 

Antonia Ceada Acevedo