ESTOICO
Son esas tus cosas, las que reniego.
Tú falta de fluidez en la vida,
Tu puerta siempre cerrada
Al entusiasmo.
Es la ligereza con que te tomas
Los asuntos del amor,
Y sus pócimas curativas.
Es poco tu fervor por las magnolias,
Y los trinos de las gaviotas.
A veces no comprendo lo que me dices,
Y otras veces en chino me hablas.
Lo que más me disgusta,
Es tu falta de interés por los
Arreboles, la lluvia fresca y el arcoíris.
Siempre espantas de tu camino,
A los niños con sus sonrisas
O a los perros y su inocente dulzura.
Es tu manía, estar enojado
Con la belleza y con el rio.
Con el azul del cielo
Y los globos de colores.
Con esas cosas, aún te amo.
Y no me importa,
Ser la que pinte tu mundo de colores.
Muy a gusto te sirvo
Trocitos de esperanza en el
Desayuno.
Y al volver a casa siempre
Te espero con un bolsillo lleno
De mis besos, que te derriten.
Cada vez que te bañas,
En tu camisa a escondidas
Pongo ramilletes de soles
Nuevos y frescos,
Para que te acompañen en el camino.
En noches claras,
Contemplo a solas, la luna y las estrellas.
y las retengo en mi pupila
Para dártelas de regalo
Cuando me miras.
Ya me acostumbre a ser tu lazarillo,
Tarea que realizo con complacencia.
Soy la que, entre tus sombras te conduce.
La que te muestra la belleza
De las cosas cotidianas,
Y la grandeza de los sueños
Cuando logramos realizarlos.
Yo soy la que, en tu ceguera te guía.
En tu estoicismo, agita tus aguas.
La que te enseña del amor y sus virtudes.
Yo soy la dueña
De tu mucha o poca
Disposición.
Martha Patricia- oct-2024