Te he visto morir diez veces
te he visto renacer tantas veces,
despiertas
y jugueteas a mi lado
como una ola entre caracolas
una melodía distante.
Cada vez que mueres
tu vida se acorta
como si la muerte te robara
un trozo de energía
de tu cuerpo frágil
y la estrella incandescente
de tu alma.
Cada vez que amanece
me pregunto:
¿Cuándo terminara este juego de vida?
¿Cuándo terminara este juego de amor?
A veces preferiría no verte morir,
a veces preferiría no verte nacer
así se confunde con mi propia muerte,
y morimos varias veces
como dos hojas secas
que la brisa se lleva.
¿Te parece morir conmigo esta vez?
He visto un pájaro cantar
cada mañana en tu alma loca,
y en tu cuerpo
de abismo
todo tan profundo como un abismo.
Tu voz entrelaza con su canto
como nuestra muerte
se parece
a la melodía de un ruiseñor
cuando cae la noche más clara.
Una nube
a veces de hojas,
a veces de madera,
a veces de tierra,
gira
como si la muerte
y la vida,
un juego y un eslabón.