Mis pies perdieron
la seguridad del apoyo
mis manos lucharon por detener el descenso
pero la ruta estaba marcada...
mis pulmones ahorraron cada gramo de oxígeno
pero como todo lo perecedero
terminó por agotarse o vencerse
Mis pupilas fueron viendo como la luz
poco a poco se iba alejando,
y un universo azul
se ampliaba
Un frio calcinante
me fue consumiendo
en velocidad proporcional
a mi descenso
Y cuando ya daba todo por perdido
mis pies toparon con...
con un inhóspito y árido borde;
mis plantas consiguieron apoyo
pero mis piernas no tuvieron la fuerza para la remontada
así que me fui acomodando
poco a poco,
terminando de bajar las inexistentes escaleras que me trajeron hasta acá
Ya mis párpados no se esforzaban
en liberar mis pupilas
cuando se renuncia a la luz,
la vista se vuelve innecesaria
Una vez que todos los sentidos se apagaron
una potente luz se encendió
en lo más profundo de mi conciencia
y pude verme
y pude oirme
y pude palparme
y desde mi interior
brotó una flama
una candente luz
que iluminó la estancia
que me albergaba
y sin sentirla comprendí el hambre, la sed,
la soledad, la tristeza, la frustración,
y descubrí que no estaba en un mar
no era un océano lo que me retenía
¡estaba en el infierno!
estaba en mi infierno
ardiendo en mi fuego
El fuego me fue calcinando
y de pronto
sentí que pesaba menos
y pude flotar,
y pude volar
y pude alzarme
y la luz salió de mi
y se estampó en el firmamento
y desde ahí me iluminó
Mis párpados ya no pesaron
mi vista nuevamente barrió
los trescientos sesenta puntos cardinales
y asida a mi mano
como naufrago que clama por su vida...
esa botella de ron
reclamaba mi beso
reclamaba terminar de ser bebida