Enrique del Nilo

VIAJE AL INFIERNO

Mis pies perdieron

la seguridad del apoyo

mis manos lucharon por detener el descenso

pero la ruta estaba marcada...

mis pulmones ahorraron cada gramo de oxígeno

pero como todo lo perecedero

terminó por agotarse o vencerse

 

Mis pupilas fueron viendo como la luz

poco a poco se iba alejando,

y un universo azul

se ampliaba

 

Un frio calcinante

me fue consumiendo

en velocidad proporcional

a mi descenso

 

Y cuando ya daba todo por perdido

mis pies toparon con...

con un inhóspito y árido borde;

mis plantas consiguieron apoyo

pero mis piernas no tuvieron la fuerza para la remontada

así que me fui acomodando

poco a poco,

terminando de bajar las inexistentes escaleras que me trajeron hasta acá

 

Ya mis párpados no se esforzaban

en liberar mis pupilas

cuando se renuncia a la luz,

la vista se vuelve innecesaria

 

Una vez que todos los sentidos se apagaron

una potente luz se encendió

en lo más profundo de mi conciencia

y pude verme

y pude oirme

y pude palparme

y desde mi interior

brotó una flama

una candente luz

que iluminó la estancia

que me albergaba

 

y sin sentirla comprendí el hambre, la sed,

la soledad, la tristeza, la frustración,

 

y descubrí que no estaba en un mar

no era un océano lo que me retenía

¡estaba en el infierno!

estaba en mi infierno

ardiendo en mi fuego

 

El fuego me fue calcinando

y de pronto

sentí que pesaba menos

y pude flotar,

y pude volar

y pude alzarme

y la luz salió de mi

y se estampó en el firmamento

y desde ahí me iluminó

 

Mis párpados ya no pesaron

mi vista nuevamente barrió

los trescientos sesenta puntos cardinales

y asida a mi mano

como naufrago que clama por su vida...

esa botella de ron

reclamaba mi beso

reclamaba terminar de ser bebida