Sigo siendo esa chica.
Sigo siendo esa chica, que frunce el ceño, la que tiene las manos como témpano de hielo en Otoño.
Sigo siendo esa misma chica, de mejillas pronunciadas, con párpados caídos, la chica de cabello corto y despistada.
Sigo siendo esa chica que tiene la blusa llena de lágrimas y se viste de recuerdos.
Sigo siendo esa chica.
La que sueña despierta, la de sonrisa desalineada, con el cabello semicorto.
La misma chica que se regocija en los aromas dulces, en los libros viejos que carga en la mochila.
Sigo siendo la misma chica, en el mismo sitio, a la misma hora...
Pero sin
La misma personalidad.