Adriana01

Brisa suave

En la brisa susurra el anhelo,

un llamado lejano, un destello.

Las olas del mar cantan mi nombre,

en cada rincón, mi alma se asombre.Quiero dejar huellas en la arena,

perderme en caminos sin pena.

Las montañas me ofrecen su abrazo,

un refugio eterno, un nuevo lazo.Las luces de la ciudad se desvanecen,

mis sueños y miedos en el aire crecen.

Voy buscando un horizonte lejano,

donde el sol despierte un nuevo plano.Dejo atrás sombras, cadenas y dudas,

mi espíritu libre, sin más muertas.

El viaje comienza, el corazón late,

en cada paso, mi vida resalte.Espero que te guste. Si quieres algo más específico, házmelo saber.

 

En este cuerpo, un peso que abruma,

cada latido, una sombra que consume.

La vida se siente como una prisión,

un laberinto sin fin, sin dirección.Las horas se arrastran, el alma cansada,

buscando la paz en la noche estrellada.

Cada suspiro, un grito ahogado,

un deseo profundo de ser liberado.Las heridas del alma, invisibles, duelen,

y en la soledad, los ecos se revelen.

Quisiera volar, dejar todo atrás,

encontrar un lugar donde pueda ser paz.Pero en la tormenta, hay un rayo de luz,

un hilo de esperanza que aún me seduz.

Quizás en la lucha, en el dolor sentido,

pueda hallar la fuerza de un nuevo destino.Así que respiro, aunque cueste creer,

que en cada caída, hay un nuevo renacer.

Y aunque el camino parezca oscuro,

seguiré buscando mi refugio 

En mis ojos se asienta la tristeza,

un mar de recuerdos, una fortaleza.

El cansancio pesa, como sombra eterna,

cada parpadeo, una lucha interna.Las lágrimas guardan historias calladas,

susurros de sueños, de horas pasadas.

El brillo se apaga, la luz se desvanece,

y en el silencio, el alma se estremece.Busco en el horizonte un rayo de esperanza,

una chispa de vida que vuelva a la danza.

Pero el peso del mundo, como un abrigo,

me envuelve en sus brazos, me aleja del abrigo.Aún así, en la penumbra, un destello,

una voz que susurra: \"No te rindas, bello.\"

Aunque la tristeza habite en mi mirar,

hay fuerza en el alma que quiere despertar.Así sigo adelante, paso a paso,

con la carga del mundo, pero con un lazo.

Porque en cada lágrima, hay un nuevo amanecer,

y aunque hoy esté cansado, seguiré a renacer.deseas 

 

El dolor no me deja y saber que como una vela me apagó,  

las sombras se ciernen, susurros de lo que fue,  

cada lágrima caída, un eco de lo que soñé,  

en la penumbra busco, un rayo de luz que me guió.

 

Las memorias son cadenas, que atrapan mi corazón,  

pero en cada suspiro, renace una canción,  

aunque el viento sople fuerte, y apague mi razón,  

Busco una razón para seguir y lloro,

las lágrimas caen, como lluvia en el suelo,

cada gota es un peso, un recuerdo que atesoro,

pero en el fondo de mi ser, aún hay un destello.La vida me abraza, aunque a veces duela,

en el silencio encuentro, una voz que consuela,

cada día es un reto, un paso hacia el cielo,

y aunque me sienta frágil, hay fuerza en mi anhelo

No sé cómo hago para seguir en este camino,

las dudas me asedian, como un oscuro destino.

Busco respuestas en el viento, en cada amanecer,

pero el peso del dolor a veces me hace caer.Sin embargo, en la tormenta, una chispa aún brilla,

un susurro en mi alma que me invita a la orilla.

Tal vez no tenga todas las respuestas hoy,

pero en el intento, encuentro un poco de hoy.

Piso la hierba, la tierra, y escucho canciones,

aunque mis pies estén cansados, danzan mis emociones.

El viento me susurra secretos del pasado,

y en cada nota encuentro un refugio anhelado.Las raíces me sostienen, me conectan al suelo,

mientras el eco de risas se mezcla con el duelo.

A pesar de las heridas, sigo buscando el sol,

porque en cada paso que doy, renace mi corazón.

Me está costando vivir hay días que no quiero estar aquí 

Me está costando vivir, hay días que no quiero estar aquí,

la sombra de la tristeza a veces me abraza sin fin.

Pero en medio de la lucha, busco un rayo de luz,

un motivo que despierte la esperanza en mi cruz.Aunque el camino sea duro y el dolor me consuma,

hay destellos de vida que en mi pecho se asuma.

A veces solo un susurro,

una mano que me guíe,

me recuerda que en este mundo, aún hay razones que brillen.

Autor Adriana Horminoguez