Carlos Eduardo

h u rr i c a n e

—¿Y qué crees que es la vida, Justina, sino un pecado?

Pedro Páramo, Juan Rulfo

 

En la cubierta de un barco pirata

navegando por la mar de Japón, 

me envolvió una tromba marina,

perdí el conocimiento,

lo recuperé

en los brazos de una mujer desnuda,

nos abrigaban aguas termales

a los pies del monte Fuji;

 

relajados,

me dirigía palabras desconocidas,

copos de nieve caían suavemente;

 

aún conservo las imágenes;

 

me repito,

sería un sueño;

 

pero, había sido real,

los tramites,

el fenómeno climático,

muy claros;

 

desconocía:

cómo llegué ahí sin rasguños,

dónde, exactamente, me lanzaron los vientos,

qué distancia volé,

quién era ella,

volvería;

 

ignoraba:

el intervalo de la laguna mental,

los instantes anteriores a mi despertar,

los minutos u horas previas contaban,

podría, tal vez, explicarlos ella,

o era lo que me intentaba decir.

 

Así recostado,

esperaré.