Para mi hijo Matías.
Hijo mío, cuando el mundo te apriete con duro talón,
Y tu mente se agite y empiece a crear;
Recuerda que es bajo la urgencia, la lucha, el tirón,
que el genio escondido se deja asomar.
La calma suele adormecer y fortalecer nuestras perezas,
mas cuando la carga te fuerce a pensar,
surgen soluciones, nacen destrezas,
y en cada problema se aprende a avanzar.
Es en la escasez donde el hombre inventa,
y la vida empuja con crudo rigor;
la mente resuelve, la mano intenta,
y del sacrificio germina el valor.
En trabajos duros, en horas sin calma,
la necesidad es brújula fiel;
del peso en los hombros florece el alma,
y el sudor se vuelve su mejor pincel.
Quien siente el deber, su empeño afila,
quien lleva en el pecho la responsabilidad
trabaja con arte, su ingenio destila,
porque sin urgencia no hay creatividad.