En una noche de genios, estrellas fugaces
y colores sin fin,
la hermosa luna, artista nocturna tan nata,
perdió en un concierto su violín.
El teatro celestial había llamado su orquesta
que mil hadas de espectadoras habían de venir,
esperando a la luna instrumentista,
más ella, todavía, seguía sin poder ir.
Lejos del cristal bizantino, de la lluvia de estrellas, y del azul zafiro
un violín azul bogaba en el río de plata,
rodeado por anémonas de puro escarlata,
la sangre de Adonis es.
Y yo paseando por la noche helada,
vagaban mis sueños como polvo de magia
y como alas de querubín.
Y vi en el río que llevaba consigo
el tornasolado y brillante violín.
Pronto lo tomé con mi mano
con el deseo de poderlo tocar,
más con el arco no hacía
sus cuerdas sonar, ¡Que tristeza!
Un llanto se empezó a asomar,
¡Y me dí cuenta que el violín convertía
en música, mis lágrimas al llorar!
De repente escuchó la luna
las notas de su niño instrumental,
Y descendió soberana, divina
pues lo pudo al fin encontrar.
—\"¿Posees algo que es mío?\"
me preguntó la Luna.
—\"No lo sé , yo contesté—
si es tuyo, lo puedes tomar,
mas responde mi pregunta,
¿Cómo hice notas musicales,
que desprendiera su melodía
si no lo pude tocar?\"
—\"Pues niña, este violín es especial,
pues no se toca con las manos,
solo con el corazón podrás
pues el transforma el Amor
en música para escuchar\".
Cada noche la melodía empieza a sonar,
¡Cuán bello fue para mí, poderlo tocar!
*Olvidé la fecha, fue un día, de algún mes
allá por el año 2014*