Annabeth Aparicio

LA LUNA Y EL VIOLIN

En una noche de genios, estrellas fugaces 

y colores sin fin,

la hermosa luna, artista nocturna tan nata,

perdió en un concierto su violín.

El teatro celestial había llamado su orquesta 

que mil hadas de espectadoras habían de venir,

esperando a la luna instrumentista,

más ella, todavía, seguía sin poder ir.

Lejos del cristal bizantino, de la lluvia de estrellas, y del azul zafiro

un violín azul bogaba en el río de plata,

rodeado por anémonas de puro escarlata, 

la sangre de Adonis es.

Y yo paseando por la noche helada,

vagaban mis sueños como polvo de magia

y como alas de querubín. 

Y vi en el río que llevaba consigo 

el tornasolado y brillante violín. 

Pronto lo tomé con mi mano

con el deseo de poderlo tocar,

más con el arco no hacía

sus cuerdas sonar, ¡Que tristeza!

Un llanto se empezó a asomar,

¡Y me dí cuenta que el violín convertía 

en música, mis lágrimas al llorar!

De repente escuchó la luna 

las notas de su niño instrumental,

Y descendió soberana, divina

pues lo pudo al fin encontrar. 

—\"¿Posees algo que es mío?\"

me preguntó la Luna.

—\"No lo sé , yo contesté—

 si es tuyo, lo puedes tomar, 

 mas responde mi pregunta, 

¿Cómo hice notas musicales, 

que desprendiera su melodía 

si no lo pude tocar?\"

—\"Pues niña, este violín es especial, 

pues no se toca con las manos,

solo con el corazón podrás 

pues el transforma el Amor 

en música para escuchar\".

Cada noche la melodía empieza a sonar,

¡Cuán bello fue para mí, poderlo tocar!

 

 

*Olvidé la fecha, fue un día, de algún mes

allá por el año 2014*