Me enfrento gustoso a la melancolía
al ofrecerme sus senos de nodriza
si una hambruna, oronda y oligarca,
me niega el alimento que preciso
de amor, felicidad y de justicia,
No puedo responder a la inmundicia
del odio, la infelicidad y de la guerra,
ayunando en la desidia traicionera,
viviendo en la quietud más pordiosera.
¡ Lustrosas como cerdas de bellota
las voces defensoras de lo justo
irán al matadero sin saberlo
si no pregonamos certidumbres
que el alma y la verdad claman al cielo. !
JOSE ANTONIO GARCIA CALVO