En la verde serranía
habita el alma encantada
que es eterna enamorada
del primer rayo del día.
Brilla en perfecta armonía
su plumaje majestuoso
y es su canto puro gozo
juego de amor, melodía.
La brisa fresca atraviesa
los espléndidos palmares
contándole sus secretos
a las tardes tropicales.
Caribe tierra de ensueños,
montes de esmeralda viva
mar de aguas cristalinas
agitadas bajo el cielo.
Pálida asoma la luna
cubierta tras fino velo
y una lluvia de luceros
danzan sobre la llanura.
Paisaje donde palpita mi cálido corazón
abrazado con pasión a la criolla guitarra
que en la soledad desgrana las dulces notas de un son.