Mírame cuando te hablo
Reconozco que tienes razón al estar ofendida.
Pero te vuelvo a repetir que mi demora ha sido
por exceso de trabajo.
No sé cuál es la razón por la cual desconfías de mis palabras.
Siempre te he sido fiel. Como lo soy hoy.
Seguro tendrás influencias de tu madre.
Mis días de trabajo, son para trabajar,
no para engañarte.
Hazme el favor.
Mírame cuando te hablo.
Tu indiferencia injustiticada me pone mal.
No me hagas elevar la voz.
Está nuestro hijo durmiendo.
Vamos, hagamos las paces,
y confía más en mí.
No tienes pruebas de que infiel te soy.
Solo te pido que creas en mí.
Estoy muy cansado.
De tanto trabajar.
Reconozco tu labor diaria en casa.
Pero ten en cuenta que cuando puedo,
también yo te ayudo en algunas
de las tareas que puedo hacer.
¿Aceptas lo que te estoy diciendo?
Hemos formado un matrimonio excelente.
Continuemos así sea.
Hagamos la paz. La necesitamos.
Para poder continuar siendo felices...
Autor: Hugo Emilio Ocanto
17/10/2024