En la playa desierta de otoño, las olas susurran secretos al viento, el sol se oculta tras nubes grises, y el mar refleja un cielo de lamento.
Las hojas caen como lágrimas doradas, cubriendo la arena con su manto triste, el aire frío trae recuerdos lejanos, de veranos pasados que el tiempo desviste.
Caminas solo, con pasos lentos, dejando huellas que el agua borra, cada ola es un suspiro del alma, cada brisa, un susurro que añora.
El horizonte se tiñe de nostalgia, mientras el día se despide en silencio, y en la soledad de esta tarde de otoño, el corazón encuentra su propio consuelo.