Desde luego que adoro la noche
Cuando las espigas de trigo reposan
Ya se hacen tibias y el cielo estrellado
Las decora a medida que pasa la noche
Y el frio consume tu abrigo terciopelo.
La melodía de fondo me genera pálpitos de nostalgia
Frente a frente
Cuando los ojos se agrandan
Las botellas vacias
Tarareando aquellas melodías
La media luna tenue
Es como sentir la calma
Y pasear en praderas colombianas
O bañarse en el mar desmedido
Se hace eterna la noche.
Disfruto al ver la ciudad lejana
Y las nubes besando las montañas a lo lejos
A par de horas
El amanecer se acerca
Ahuyentando la noche
Nace el sol otra vez
Esperando, tal vez
Otro amanecer.