Septiembre, lleno de melancolía.
Deseando volver
donde las estrellas brillaban
y tus manos me amaban.
Septiembre, un adiós silencioso a mi sentir.
Una bienvenida precoz a un nuevo vivir.
Mes de renacimiento
y sufrimiento.
Deseando ser las flores que se abren al sol,
viendo sus colores desde mi oscuridad.
Anhelando nuevas raíces,
incluso sin soltar las antiguas.
Siempre cargando con lo que fuimos,
lo que vivimos en aquella primavera.
Mi querido septiembre,
siempre tan doloroso,
recordándome todo lo perdido
Pero también lo ganado.
Perdí tu calor,
gané miles de recuerdos,
sensaciones
y vivencias irrepetibles.
Así como nosotros,
septiembre es único,
eterno en mi memoria.
Siempre temiendo tu llegada,
siempre añorando volver a verte en tu partida.