Tal vez lo mío es jugar a los dados.
Tal vez la suerte nos quiere lejos.
Será la desdicha de un poker de ases
que quiere alejarme de tus lindos labios.
Será que es verdad lo que dice el dicho
y soy un amante desafortunado
que en los naipes busca consuelo
a lo que supo querer y no ha olvidado.
Viernes de poker, martes de dados
la ruleta sigue jugando
y el casino: encantado.
Uno, dos y hasta cien cheques
ha contado el cajero encargado
ironías de la vida que en el tragamonedas
tres corazones en línea
dan cuenta de haber conquistado,
muchos se dieron la vuelta
de fichas se llenó el solado.
Y la noche se prestaba dispuesta
mucho alcohol, azar y tabaco
todo alrededor seguía girando
como estando en un samba
de aquellas ferias de antaño.
La multitud se abre paso
dando lugar al sortario
puede que él les contagie
algo de un poder jamás detentado.
La suerte siguió de su lado
tanta fue su compañía
que sin querer darse cuenta
su corazón dejo desolado.