Lluvia de amor
moja mi lecho.
Pasión y frenesí
que con dulce calor
va sanando mi pecho.
Mi pecho roto,
por esa herida
con sangre carmesí,
que aquel querer remoto
dejó gris y sin vida.
Sin vida y triste,
sola hasta ayer,
frágil cual colibrí;
hasta que tú viniste
a ser mi renacer.