La noche me abrió sus puertas
para viajar en su oscuro túnel del tiempo,
para que pueda conocer a las nuevas tristezas
que quedaron bailando entre callados silencios.
Para que íntimamente yo me conociera
como un adiós con un último beso,
para que al fin y al cabo el alma entendiera
que es imposible resistirse solo a un regreso.
Para que mi vida en vano no se muriera
sin la rima final de un entristecido verso,
para que mi nostalgia no sea una única pasajera
en un viaje que va de afuera hacia adentro.
Para que se desordenen todas mis quimeras
para hacerme trampa en medio del juego,
para que mis lágrimas sufran eternas
por lo que ha quedado solo en el recuerdo.