Por el vetusto y cansado malecón
donde siempre solíamos caminar
asidos las manos y abrazados a la esperanza
hoy luce frío y abandonado.
Aquél silencioso y terco malecón
fue testigo del primer beso
que lleno de ternura nos dimos
aquél beso que el tiempo borró
En las tardes cuando se escondía el Sol
sentados en el oscuro rincón
de ése restaurante japonés
deleitábamos el cálido café.
Los años se fueron deshojando
como pétalos de flores ya marchitas
y a su paso fueron enterrando
nuestros pasos del vetusto malecón.
Los besos que furtivamente nos dábamos
como testimonio de nuestro amor
el viento se los fue llevando
el tiempo los fue borrando.
Promesas hubo por doquier
poemas adornaban el atardecer
canciones alegraban nuestros corazones
quedaron guardados en ése viejo malecón
Hoy volví con ansiedad y esperanza
queriendo revivir aquél primer beso
lo encontré vacío y silencioso
creo que lloraba el viejo y cansado malecón.
Lima, 22 de octubre del 2024
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