Cumplimos años, nos volvemos tiernos,
y cuando se acerca el frío invierno.
va soplando invisible viento
y nos vamos hoja a hoja deshojando,
perdiendo vanidades y quebrantos,
despacio, en silencio, sin pensarlo.
Y nos apremia la tarea casi urgente
de exprimir al máximo el presente.
Al fondo, se adivina ya el duro muro
donde se resume implacable el futuro