Querer conocerte es igual a estar jugando mastermind; es querer adivinar tu pensamiento con tres únicas señales inmutables que me das: hola... silencio... ausencia.
Es querer atrapar un pez que se escurre entre mis manos, entre más trato de crear con ellas un cuenco donde pueda guarecerse.
Huyes, te alejas y al soltar mis manos y dejar que toquen, apenas con las puntas de los dedos el agua, te acercas con la falsa promesa de confianza.
Conocerte es reconocer que no seré capaz de comprenderte, pero procuraré abrir una brecha donde podamos identificar parte de uno en el otro, mutuamente.
SMM