Zoraida Rosado

Día

**Día**

El sol despierta en el horizonte,  
deslizando oro sobre la llanura,  
y la brisa suave, como un monte,  
acaricia el alma en su locura.

 

Los pájaros cantan su melodía,  
con notas que bailan en el aire,  
es una sinfonía de alegría,  
que al corazón no le deja desaire.  

 

Las flores abren su fresco abrigo,  
pintando el campo de mil colores,  
como un lienzo que da al amigo  
la promesa de nuevos amores.  

 

El niño ríe, corre ligero,  
sus pasos son ecos de libertad,  
cada instante se siente sincero,  
cada rayo, una nueva verdad.  

 

El día avanza, el tiempo es testigo,  
las sombras se alargan, danzan en calma,  
el ocaso llega, un ciclo antiguo,  
guardando en su seno la eterna trama.

 

Y así, mientras el sol se oculta,  
y la luna asoma en su suave manto,  
el día se va, pero nunca sepulta  
las memorias vivas en nuestro canto.  

 

Vuelve mañana, radiante y sereno,  
con promesas de luz y de vida,  
y en el pecho se siente pleno  
el latido de un alma querida.