Un último augurio antes de arrancarme la piel vieja.
Escribo sobre los muros de la habitación la palabra profanada.
Espero paciente la arremetida de las sombras,
los perdidos pasos de los amores traicioneros
y aguardo la expiación.
Mino todos los caminos que me llevaron a lo que fui
y abro la ventana por la cual
volverá a entrar la luz.