No le construyas un palacio a tus
hijos y, no le des a manos llenas.
Mejor edúcalo y, después que cada cual
cojan su rumbo.
Eso es parte de la vida,
enséñale a trabajar y, que a los padres
no se le hecha al olvido.
Que estén pendientes de tí,
cuando tú estés en la
vejez.
Por ese esfuerzo que hiciste
con ellos, para que sean unos buenos
hijos.
Porque serán padres y, tus enseñanzas
se aplique con los suyos y, así tener
una buena generación con tú familia
como lo manda Dios.