Ayer me decía que yo era el amor
de tú vida.
Cómo me amagaste porque,
yo creía en tus mentiras pero, veo en ti
que cambias de amantes cada día.
Qué locura la tuya porque, hoy dejé
de creerte.
Veo en ti que tu amor es vestirte de fantasía, aunque andes de boca en boca cada día.
pero aprovecha tú juventud que
mañana te veré en las avenidas,
cuando pierdas tu belleza;
buscando quién te dé un pan para calmar tu
Hambruna y, de aquellos que le engañaste,
ni el saludo tendrás de ellos y, esa
será la pena tuya.