Mauro Enrique Lopez Z.

Se cría que yo era su cajero

Ella se creía que yo era su cajero 

automático, solo dinero me pedía, 

pero le hablaba de trabajo.

Me decía que no podía porque, podía 

perder sus encantos.

 Hoy que estás fuera de mí ,

no sé que le pasó.

 Que su belleza no está en su cuerpo y,

 anda con dos bendiciones que le 

lloran, que conmigo no quiso tenerlo.

Yo estoy fuera de su alcance, por no 

apreciar a este tonto que la quiso tanto.