Apéndice 1.- Materiales.
A) Papel
Aunque se busque toda clase,
no habrá de encontrarse mejor material para escribir,
que el material interno: el dolor, el azufre y la sal...
escribir es a la vez arte y ritual.
La alquimia natural, el ruido que se condensa en la atmósfera
O
en algun lugar de la via láctea acuosa
en las retinas, cuando la transmutación
de las palabras es exitosa.
Sin embargo, nada se podría,
sin la ceramida celulosa
en la piel de la corteza
el papel es lo más necesario
y debe ser blanco...
¡prohibidos los renglones y más los cuadros!
ya lo he dicho antes sí se escribe poesía
en cuadrícula, territorio de lo que se cuenta y comprueba,
las palabras nacerán pequeñas;
y sonarán quebradizas y estarán
encerradas.
En cambio, sí es en medio del blanco
serán olas danzando,
con lo que se llenarán los espacios
como gaviotas que sin temor alguno
siguen con el pecho abierto, volando raso.
Incluso hoy cuando a través de
una pantalla se ve todo tan bien...
es más cierto que nunca, que ni lo bueno
que ni lo malo, se queda en el alma
grabado tan bien como lo hace en la tinta y el papel.
Disperso, me sé raquitico, el potro me
esta desmembrando...
la tortura es necesaria para confesar,
que a veces,
con los dientes pendo del resquicio
y cuando siento que el mar me come
es leve espuma que me lleva a descubrir
que puede llover como si el mundo
acabase y aún asi sentirse bien,
gracias al sacrificio obligado
de tatuar esta palida piel que consuela
incluso en esos dias llenos de lunas.
Y más y más solo, (como nos pasa a todos los poetas)
descubrirá que más feliz también,
se lamerá las heridas...
pues he perdido todo y lo que no
me lo han quitado...
menos esta bastante adicción,
que son las inmensas y angustiosas
ganas de vomitar y derramar todo
lo que hay en mí.
Por eso aspirante de aire rosa
y sentimiento comprimido
que ahora lee el apéndice completo,
es el papel, el primero de los materiales
del poeta.