Siendo experto
en la toma de decisiones de dudosa procedencia
acepto que siempre apuesto todo al rojo...
En ocasiones la verdad cede ante la mentira
y que las casualidades aunque ingratas
nos dan el panorama más real de una situación.
Que el secreto de los ojos aún no sabe mentir,
la risa nerviosa aviva el fuego en la entrañas
y una sola mirada tiene el poder
de encender una hoguera
incontrolable, para quien la lleva dentro...
Mientras una leve exhalación
cierra el candado de la garganta
disfrazado de una mueca
que como de costumbre miente
y empuja de nuevo la verdad.
Con frecuencia he de aceptar
que apuesto todo al rojo,
en una espiral descontrolada
donde espero otra casualidad...