✍️William Logan✍️

 

, cierra la puerta. Deja atrás risas y sombras, esos secretos que son laberintos, perdidos en el eco de lo que fue.

Déjalo todo. Los días azules se mezclan con el gris del polvo, y el tiempo se detiene en la penumbra de lo olvidado.

Tú, desaparece. En el silencio de un rincón oscuro, te observo —como un extraño—  invento fantasmas y recuerdos —ya marchitos— solo para que el vacío resuene.

Tú, siente el frío. Deja que las emociones, esquivas, surjan —cuando tú no te atrevas— que las sensaciones apaguen las luces rojas de esta noche sin estrellas.

Apaga los sueños mientras te vistes de cenizas. Enamórate, solo si el olvido respira en tu piel, y el eco de lo que fue te susurra.

Tú, escapa con cautela. No te sumerjas, ni te asomes; no con temores o dudas. Escapa, como lo harías del fuego que quema en el alma, un día helado de diciembre.

Tú, olvida. El amor no se recuerda, no se anhela ni se busca. No se calcula ni se interroga.

Te enamoras hasta los huesos, la tierra, el olvido… o simplemente no.

Tú, sella los cofres de lo perdido. Cierra ventanas y espejos. Baja persianas y miradas. Esconde las cortinas y el alma. Apila ropas y la memoria en cajas de cartón.

Tú, llena la maleta de lo que no queda. Guarda lo que no fue, deja las huellas en la arena, te lo digo yo, que solo me quedo con el eco de tu adiós.