Se acabaron por perdidas
las ilusiones que tuve,
tantas fueron que no pude
a todas dar alegría.
Se marcharon porque supe
que mi ilusión se moría,
y acabé viendo mis días
marcados de incertidumbre.
Me llenaron de tristeza
las ilusiones dormidas
entre lágrimas y penas.
Fueron dichas ya perdidas
de ilusiones traicioneras
que me dejaron heridas.
Y sangré por todos lados
y la muerte quiso verme,
fue tan duro que mi suerte
de ilusión se había acabado.
Entre ilusiones soñaba
con lo que estaba perdido,
con las ganas de haber sido
la ilusión de lo que amaba.
Se acabaron por no ser
un luchador de ilusión
o por no saber tener.
La fuerza del corazón
y el coraje de saber
mantener mi devoción.
Y si la vida que espero
ha de ser sin ilusiones,
mejor la muerte prefiero
que vivir sin esos dones.
Que la ilusión no la tengo
por dejarla abandonada,
que mi vida está acabada
porque sin ella estoy muerto.
Pobre ilusión, no te vayas
forma parte de mi vida
vuelve a mi, porque renazca.
No te enfades ni me pidas
que renuncie a lo que dabas
no te marches todavía.
Sin ilusión.... no soy nada.