Te necesito
y ansío la ternura
que tú me das.
Es esa mano
que roza mis cabellos
tan dulcemente.
Es esa voz
que me habla con palabras
y deja sueños.
Es la pupila
que llega hasta mis ojos
y me da luz.
Es el latido
paciente, de tu pecho,
que anima el mío.
Es el aroma
que viene de tu cuerpo
y que me embriaga.
Es en el labio,
febril y tembloroso
que así me busca.
Y es ese talle
la cuna y el regazo
donde me duermo.
\"...Te necesito...\"
te grito en la distancia
y tú sonríes.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/10/24