Qué sola se queda mi alma si no estás tú…
Pienso en ti, vuelo hacia ti y en ti yo vivo
con la esperanza cercana de tu pronto regreso,
pues aunque no estás y no estarás en mucho tiempo…
siempre tendrás este lugar, lleno de paz, del todo lleno.
Yo guardaré ese rincón que tanto quieres,
donde reposes tus pies de tanto andar por los caminos,
donde se enciendan tus ilusiones en mil estrellas,
para alumbrar, en claridad, tu alma llena
de bonitos sueños, sueños de siempre… sueños eternos…
Y ese rincón, en mi corazón, siempre lo tienes…
está adjudicado, está hipotecado, es tu propiedad…
Tú tienes la llave, también mis deseos, no lo dudes más…
Entra cuando quieras, después de pensarlo, tal vez ¿desearlo…?
Sé que no saldrás.
Soy un pobre brujo, que a veces dibujo en mi soledad
el verso apropiado que bese tus labios, tu alma y tu paz,
y escondo la llave en el árbol perdido de mis sentimientos,
para convertirla en raíz con la savia dulce de tu vivir.