Estás en cada hoja que el viento despeina,
en la lluvia insistente que acaricia el suelo,
en el aroma dulce que deja el ciruelo,
en el canto fugaz que en el alba se empeña.
Tu presencia se esconde detrás de las cosas,
en la brisa que juega con las amapolas,
en la luna que asoma detrás de las olas,
y en la miel secreta de todas las rosas.
Todo está repleto de ti, como de agua el río,
como el mar guarda al pez en su abrazo frío,
como el cielo es refugio de estrellas sin fin.
Aunque no estés aquí, todo a ti me sabe:
en el eco del mundo, tu amor se derrama,
y hasta el tiempo que pasa lleva tu albedrío.
La presencia constante del ser amado, se agiganta estando lejos aunque sea por por breves horas, a días, semanas..........
El sentir que está en todo lo que nos rodea hace la separación menos triste y nace una dulce, aunque irreal, certeza de que sigue junto a nosotros y llena todos los espacios y los tiempos se hacen llevaderos, para las parejas que a pesar de largas relaciones se necesitan.
La otra cara de la moneda? Las parejas de relaciones rotas, forzadas por miles circunstancias y que viven bajo el mismo paraguas, tan cerca y tan lejos.